Componente Pedagógico


Introducción


En el presente componente abordaremos los elementos que integran en todo pedagógico para familiarizar a los estudiosos e interesados en el saber pedagógico y en la estructuración de procesos al interior de la Institución Educativa que permitan con claridad, tejer relaciones en torno a la práctica de la Pedagogía que le dé identidad al perfil formativo y académico y a la vez permitan profundizar en cada uno de ellos, para que la fundamentación pedagógica y epistemológica del proceso enseñanza – mediación - aprendizaje, sea el referente conceptual a la hora de definir las estrategias metodológicas y didácticas que caracterizarán el Proyecto en cuestión.

Justificación


La acción pedagógica realizada por el conjunto de docentes y demás estamentos de la comunidad educativa, es la razón de ser de los Proyectos Educativos Institucionales y por ello es necesario conocer no solo conceptualmente las categorías pedagógicas, sino las múltiples perspectivas desde las cuales toman fuerza en la práctica pedagógica, a fin de mantener vivos y oxigenados los procesos inherentes al componente pedagógico en función de la calidad académica y formativa de sus integrantes.

Objetivo General


Precisar y definir los elementos que intervienen en el entramado del componente pedagógico para consensuar y unificar criterios en torno a las acciones didácticas y pedagógicas del proceso educativo y alcanzar las metas y objetivos propuestos.

Competencias


o   Conceptualizar el significado de pedagogía en la práctica educativa para darle sentido a la construcción del quehacer académico y formativo.

o   Precisar el concepto de currículo para interpretar con conocimiento de causa el devenir de las acciones, actividades y tareas de la comunidad educativa.

o   Relacionar los elementos que constituyen el modelo pedagógico para precisar los fundamentos que subyacen en ellos y que orientan la  formación del estudiante y la convivencia institucional.


o   Diferenciar el significado de plan de estudio, programas, competencias y  desempeño para precisar la estructura de las áreas fundamentales y optativas.

o   Definir el sentido de los subproyectos pedagógicos especiales para fortalecer la estructura curricular en los procesos de formación y aprendizaje.


o   Indagar por el sentido asignado a la cultura de la evaluación para mantener los niveles de calidad en los procesos inherentes al proyecto educativo institucional.


Actividades Preliminares


 ¿Qué concepción tiene de pedagogía?


 Es la disciplina que reflexiona sobre la Educación

               
¿Qué diferencia encuentra entre tendencia y corriente pedagógica?
               

La corriente es la estructuración teórica mientas que la tendencia corresponde al conjunto de ideas pedagógicas resultantes del contexto histórico o cultural del momento.


¿Qué noción tiene de escuela pedagógica? De ejemplos. 

               
 Agrupación de pedagogos que defienden una corriente pedagógica

               
¿Qué es un modelo pedagógico y para qué sirve?
               

Paradigma sustentado en supuestos científicos relacionados con la practica de los procesos de enseñanza, sirve para llevar a la practica con conocimiento de causa los propósitos del aprendizaje.


¿Qué significa currículo y cuál es su función en las instituciones escolares?
               

Es un macro proceso institucional que nos permite comprender que la fundamentación es el resultado de la interacción de la comunidad educativa.

               
¿Qué es un plan de estudio y cuales los referentes para construirlo?


Es un esquema estructurado de las áreas obligatorias o fundamentales y de áreas operativas con sus asignaturas que forman parte del currículo de los establecimientos educativos.

- Los contenidos

- Logros, conocimientos, competencias

- Metodología aplicable

- Indicadores de desempeño



Componente Pedagógico


Vivenciar la pedagogía en los escenarios y ambientes educativos que encierra el Proyecto Educativo Institucional, es llevar a la práctica con conocimiento de causa, los fundamentos y principios teóricos que aportan las diferentes tendencias, corrientes, modelos y escuelas pedagógicas para la consolidación de los procesos educativos. La comunidad educativa recurre a las tendencias o conjunto de ideas pedagógicas resultantes del contexto histórico cultural del momento, para orientar las maneras de enseñar A su vez, se afianzan con la práctica educativa, derivando de ella las argumentaciones y conceptualizaciones teóricas que explican la esencia de los quehaceres educativos y las formas de conducir los procesos pedagógicos, constituyéndose en corrientes de pensamiento pedagógico. Una Corriente Pedagógica, por consiguiente es la estructuración teórica que da cuenta práctica educativa en torno al desarrollo humano, a la aprehensión y enseñanza de los conocimientos disciplinares y al impacto de los fundamentos educativos en la transformación de la sociedad. Las corrientes se agrupan en torno a criterios científicos que siguen a una doctrina en particular y cuya teoría pedagógica es defendida por una o varias personalidades científicas constituyéndose en escuela de pensamiento. Por lo tanto una escuela es una agrupación científica que influye en la interpretación concepción y desarrollo de los distintos ámbitos convivenciales de la humanidad.

La comunidad educativa institucional para llevar a la realidad las concepciones e ideas pedagógicas orientadas a promover el desarrollo humano, la interrelación del hombre y la sociedad y la comprensión del mundo y del macrocosmos recurren de una parte al currículo entendido como el influjo de fuerzas de pensamiento ideológico, cultural, político, epistemológico y aún económico que subyacen en ella y que median respecto de lo que consideran pertinente enseñar, compartir y socializar en los procesos inherentes al acto educativo. Es por ello que el currículo encierra desde la actividad pedagógica más elemental, desarrollado en el aula de la clase, hasta la concepción más amplia o enfoque respecto de las acciones en los escenarios administrativo, teleológico y pedagógico, que asume la institución educativa a lo largo de las fases de la planeación, organización, ejecución, orientación y evaluación del Proyecto Educativo Institucional.


El currículo 


Debe dar respuesta, entonces, al perfil del estudiante que se quiere formar y a las necesidades de la comunidad, identificadas en el componente diagnóstico y promovidas desde el marco filosófico institucional. Para ello, los docentes en su calidad de animadores y orientadores de los procesos académicos y formativos, juegan un papel fundamental en el diseño y estructuración del plan de estudios, así como en la apropiación y unificación de un modelo pedagógico. En cuanto al primero, le corresponde a la comunidad académica estructurar un esquema de núcleos temáticos, problémicos o de contenidos que respondan al desarrollo integral del estudiante y promuevan desde su implementación, la organización de espacios y escenarios convivenciales, al igual que los programas y subproyectos pedagógicos que potencien las dimensiones trascendental, biológica, axiológica, comunicativa relacional, psicología, intelectual, histórica y productiva de los estudiantes. 

En cuanto al segundo, la comunidad de docentes precisa unificar los referentes conceptuales desde los cuales interpreta los actos de interrelación personal y decide las acciones comunicativas que dinamizan los procesos enseñanza-medición-aprendizaje; es decir, la apropiación de un modelo pedagógico, entendido como el conjunto de supuestos y concepciones teóricas que justifican y fundamentan de manera científica y holística, los procedimientos didácticos, las estrategias pedagógicas, los recursos y las metodologías etc., que desarrolla el docente y le permite proyectar un trabajo multidimensional frente a los actores educativos, la escuela y la sociedad.






Los Dinamizadores del Curriculo


La concepción del currículo asumida como macroproceso institucional, nos permitirá comprender que su fundamentación será el resultado sostenido y proyectado de la interración de la comunidad educativa  y por lo tanto, "es necesario sensibilizar hacia el cambio, convencer, capacitar, actualizar y perfeccionar a los agentes educativos y hacerlo no por procedimientos impuestos, sino promoviendo los cambios voluntarios. Los cambios voluntarios nacen de la voluntad propia, del interés personal, de la motivación endógena; por el contrario, los cambios impuestos provienen del sometimiento, de la obligatoriedad, de la norma, de la obediencia, del amedrantamiento.

Es necesario, entonces, que las renovaciones curriculares surjan de la propia iniciativa de los agentes educativos dentro de los centros educacionales, producto de la voluntad de cambio, nacidos del interés por mejorar y cualificar los procesos y condiciones en los cuales se da la labor educativa, generadas por las expectativas de innovación, investigación y experimentación, de los intereses por lograr mejores procesos y productos y movidos por la convicción de que es necesario cambiar, pues se ha soñado y planeado un nuevo deber ser, se ha evaluado el quehacer, se han identificado y establecido las necesidades y se han tomado voluntariamente, de forma individual y grupal institucional, las decisiones para buscar nuevas alternativas y mejorar.

Los cambios impuestos, por el contrario, son aquellos que se dan a regañadientes, donde se les obliga a las personas y a las instituciones a asumir posturas diferentes que no se han sentido, pensado, ni madurado; para tal efecto es necesario normatizar y obligar al cumplimiento de las normas establecidas, posiblemente de forma arbitraria. En estos cambios no se da la participación de los grupos y personas que deben asumir el cambio; entonces este se vuelve una obligación, y para lograrlo se utilizan procedimientos represivos y no motivacionales.

Se presenta un problema curricular si los cambios no se dan producto del desarrollo actitudinal, del convencimiento y de la vivencia de la necesidad de cambio, pues los cambios impuestos por las normas por sí mismos no aseguran la transformación, más bien indisponen y condicionan y, por tanto, se convierten en pésimos e inadecuados procesos y medios para generar innovación.

Si no hay sensibilización y capacitación para el cambio curricular, esta condición impedirá la innovación curricular.

 No basta cambiar de actitud y con ella querer hacer los cambios; es necesario cambiar la forma de pensar y de actuar, no sólo el ser que cambia facilita la transformación curricular; este ser debe aprender el nuevo saber y saber hacer el nuevo quehacer. La actualización y el perfeccionamiento docente en las áreas del saber científico y pedagógico deben favorecer el cambio curricular. Si estos nuevos saberes y quehaceres no se dan, el currículo permanecerá igual en la práctica, así teóricamente se haya reconceptualizado.

Otro problema curricular es que los maestros y demás agentes educativos quieren lograr los cambios utilizando los viejos procedimientos, los métodos tradicionales, los recursos convencionales y las fórmulas que heredaron de los modelos curriculares anteriores.

Estos viejos modelos siguen en las aulas de clase en los procesos de transmisión-asimilación de conocimientos, en las estrategias didácticas de enseñanza y no de aprendizajes significativos, en los mismos reglamentos estudiantiles y manuales de convivencia, en las formas tradicionales de la evaluación de conocimientos y no de siguimiento integral y permanente a todos los procesos que implican el desarrollo integral individual e institucional. No se puede cambiar la forma de operar el currículo con sólo soñar cambiar; es necesario desechar las recetas de cocina, las propuestas de los expertos, las camisas de fuerza, los procedimientos tradicionales obsoletos. Es necesario abandonar el paradigma del que se quiere desprender para iniciar la construcción del paradigma curricular que lo irá a reemplazar. Este aún no está construido y es necesario investigar y experimentar.

Los cambios deben surgir de la comunidad educativa, de los colectivos docentes y grupos académicos, de la reflexión y concientización; no deben darse de forma individual solamente; es necesario contagiar a los estamentos educativos e iniciar el proceso de cambio. Si esto no se hace, quienes no quieren cambiar presionan para no dejar hacer los cambios, entran en conflicto, desestimulan a los que cambiaron, lesionan los procesos y se convierten en agentes retardatarios, que manifiestan fracasos, indisponen y generan incertidumbres. Es necesario involucrarlos a todos en el cambio, pero de forma participativa: construyendo el cambio, no sólo adhiriéndose a los que cambian y cambiando sin saber por qué lo hacen y sin entender los nuevos roles y retos que implican la transformación.

Otro problema frente al cambio curricular es no dar el tiempo prudente para que el cambio se dé, luego de experimentarlo y ajustarlo. Si se cree en la nueva teoría curricular, pero no se disponen las condiciones administrativas, locativas y logísticas: tiempos, espacios, procesos, proyectos, actividades etc., necesarias, no se da la transformación curricular; se aceptarán nuevas actividades que dieron resultado y se tomarán como definitivas algunas conclusiones provisionales.

El cambio curricular demanda planeación, programación, experimentación, investigación y contextualización, y para esto es necesario invertir tiempo y recursos. La falta de paciencia en los cambios curriculares es otro problema que impide la renovación.

Para el cambio curricular se necesitan líderes que den testimonio del cambio, líderes que por su autoridad epistemológica ayuden a motivar a quienes no creen en el cambio. El testimonio de cambio en la forma de sentir, pensar y actuar es característica necesaria del líder que patrocina y promueve los cambios curriculares. La fundamentación teórica no basta, es necesario dar testimonio cambiando las formas de enseñanza, la estructuración administrativa, las actitudes y comportamientos, los procesos evaluativos, la planeación de contenidos por procesos formativos, las políticas educativas, los procedimientos académicos y comportamentales, etcétera.

En conclusión, el cambio curricular tiene todos los mismos problemas que implica un cambio educacional, pues la renovación curricular es la respuesta operativa a la renovación educativa y pedagógica, pues el currículo permite operar en la praxis la teoría educacional, y esta contextualiza a la teoría curricular. Por esto, puedo afirmar que cambiar el currículo significa cambiar las instituciones educativas y a las personas que en ella forman y se forman." 

Por tanto, la reflexión que realice cada Institución Educativa a partir de sus propias realidades y condiciones debe ser en esencia, el núcleo de las intencionalidades y los consensos para concebir currículo donde la integración del conocimiento y de las áreas, sean abordadas desde las perspectivas de la interdisciplinariedad, transversalidad y transdisciplinariedad, en las que se contrastan los puntos de vista de cada disciplina en aras de posibilitar y viabilizar las visiones integradas del mundo a través de la dinámica del razonamiento dialéctico sobre la base de la fundamentación, conceptualización y lenguajes propios de cada una de las áreas del saber.








Modelo Pedagógico


Entre las categorías del componente pedagógico que hemos abordado, el elemento quizás más evidente a la comunidad académica es el modelo por sus características pedagógicas y didácticas. Aunque el modelo pedagógico es un paradigma sustentado en supuestos científicos y fundamentos teóricos relacionados con la práctica de los procesos de la enseñanza, mediación y aprendizaje, que interpretan la realidad educativa para dirigirla hacia la consecución de determinados fines respecto de la formación y el desarrollo humano y sus relaciones en el entorno, los docentes deben apropiarse de él, para llevar a la práctica con conocimiento de causa tanto las concepciones y propósitos del P.E.I.. Como los grandes interrogantes que subyacen a la implementación de un modelo Pedagógico.