La Comunidad Educativa en el proceso de construcción de su
Proyecto Educativo Institucional se ve avocada a mantener relaciones que
sobredimensionen los límites propios de su planta física e inclusive, los de su
ubicación geográfica. Las Instituciones Educativas deben proyectar sus
propósitos, objetivos y metas a través
de programas educativos que abarquen tanto actividades formales como
informales, es decir, los programas educativos de extensión a la comunidad
deben ser una prioridad para justificar su razón de ser como núcleos de
desarrollo educativo y capacitación académica y laboral. En segundo lugar debe
propender por realizar convenios educativos institucionales que garanticen la
complementariedad y diversidad de las actividades curriculares y
extracurriculares en función de la comunidad educativa y con miras a compartir
experiencia que enriquezcan la esencia de los procesos académicos y formativos
para elevar los niveles de calidad o bienestar de sus miembros. En tercer
lugar, toda institución que valore los fundamentos de su acción educativa y su
razón de ser deberá emprender por medio de su planeación curricular y
organización administrativa, programas y estrategias que conduzcan a articular
y cohesionar los propósitos institucionales con las manifestaciones y
expresiones culturales a nivel local, regional, vecinal, y por qué no,
internacional, a fin de aprovechar oportunidades y opciones en la construcción
del proyecto de vida personal y comunitario.